Platero y yo
Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. A sí comenzaba hace ahora 100 años la historia de PLATERO, el borriquillo que el premio nobel de literatuta, Juan Ramón Jimenez, ideó y creó para todos los futuros lectores. Y por lo visto, fuimos muchos, ya que después de la Biblia y el Quijote, ha sido el libro más traducido de la historia. No es por llevar el tema a mi terreno, pero leyendo ese primer párrafo, se diría que el autor pensó en un burrito amigurumi cuando comenzó su descripción... Leyendo de nuevo el libro, descubro a Platero con otra mirada, encuentro lo que transmite este personaje, cariño, lealtad. respeto,ternura,comprensión, alegría, mucha bondad...y que tras sus andanzas te quedas con la sensación de que la vida es más sencilla y más feliz. Me gusta pensar que al crear este amigurumi, he...