Olentzero, un cuento de Navidad.
que en un bosque de Euskal Herria, habitaba un hada de largos cabellos, y que allí vivía rodeada de todos los seres a los que protegía y cuidaba.
Un día, mientras paseaba con sus amigos los duendes Prakagorris , oyó entre unos matorrales un llanto desconsolado, y rápidamente acudió a ver que pasaba.
Fue allí donde estaba un pequeño bebé,tapado con una manta rota y húmeda y enseguida lo cogió el hada entre sus mantos y poco a poco consiguió calmarlo.
Tras varios días de búsqueda, no hubo nadie que reclamara al niño, así que el hada se presentó en el alto de la montaña, en casa del carbonero y su mujer, donde ella sabía que cuidarían del pequeño, ya que no tenían hijos y eran ya un poco mayores, así que se lo dejó a los pies de la puerta, a la cual llamó y se escondió para que no la vieran.
Cuando abrieron y se encontraron ese gran regalo, se pusieron tan contentos que lloraban y reían a la vez.
-que alegría!!! Esto es una bendición, gracias a quien quiera que nos lo envía, gracias!!!
-Te llamaremos OLENTZERO, por la dicha que nos traes.
El niño creció fuerte y sano y sobretodo muy muy feliz.
Enseguida Olentzero se hizo alto y muy fuerte, y cargaba el carbón en el carro como si fuese de papel...y así comenzó a bajar al pueblo ayudando a su padre en el reparto de los sacos.
Cuando llegó por primera vez, descubrió un caserón habitado por niños que no tenían familia...
Y pensó que era muy triste crecer sin padres que te quisieran como a el.
Eso le hizo sentirse muy afortunado, y se le ocurrió una idea...
Como era muy hábil con sus manos, comenzó a crear juguetes de todo tipo..y juntaba todos en un enorme saco...y así, cada año que bajaba al pueblo, lo primero que hacia era pasar por el caserón de niños abandonados y les regalaba los juguetes...
Cada año por las mismas fechas, Olentzero era recibido por un montón de niños que reían y cantaban alrededor de el, felices de recibir los regalos que les preparaba con tanto cariño, después se sentaba con ellos y les contaba cuentos, como hiciera con el su padre también...
El tiempo pasó y Olentzero se quedó solo, ya que sus padres murieron, pero el siguió con el trabajo que tan bien tenía aprendido, y sobretodo, continuó haciendo montones de juguetes para los niños.
Llegó de nuevo el invierno, y Olentzero se preparó el carro lleno de carbón y juguetes...y se dispuso a viajar, con su pipa encendida entre sus barbas, iba muy contento pensando en las caras de alegría de los niños....
Poco antes de llegar, empezó a ponerse muy oscuro, y una tormenta estalló de repente...
los rayos y truenos eran de una fuerza enorme, pero Olentzero se tapó con un saco y continuó su camino.
Cuando levantó la mirada, vio que el cielo se teñía de humo y de color naranja...y un miedo le recorrió todo el cuerpo...aceleró todo lo que pudo hasta llegar al caserón rojo en llamas...
Los niños estaban en la primera planta y gritaban desconsolados para que alguien les ayudara...y entonces Olentzero saltó del carro, corriendo subió entre las llamas, protegido por el saco húmedo, y con su fuerza que en ese momento era casi sobrehumana, fue sacando a todos los niños sanos y salvos...al final dudaba de si estaban todos bien, y casi sin fuerzas volvió al interior de la casa, pero en ese momento, una viga se desprendió del techo, golpeando a Olentzero y aplastándolo con su peso y fuego letal.
Los niños desconsolados llamaban a gritos a Olentzero, pero no hubo ninguna señal...
Olentzero se había marchado...
Fueron llegando las personas del pueblo, y todos se pusieron muy tristes con la noticia, todos apreciaban al noble y bonachón carbonero.
De repente, una luz increíblemente brillante, parecía salir de dentro de la casa, pero aún hacía mucho calor para poder entrar...
Fue cuando allí mismo y sin que lo viera nadie por supuesto, apareció el hada de los largos cabellos que encontró a Olentzero siendo un bebé...
-Olentzero...Olentzero!
- Despierta!
-Tu has sido una persona con un gran corazón, que siempre has ido alegrando a tu paso a los demás...y has conseguido muchas cosas buenas...has perdido la vida para salvar la de otros...por lo tanto....
-a partir de hoy, vivirás para siempre, y continuarás esta labor tan importante que es hacer feliz a todos los niños que no tienen quien les cuide, dándoles tus regalos y tu amor para siempre.
Los Duendes se emocionaron mucho, y prometieron al hada que ayudarían a Olentzero en su tarea...
Y colorín colorado...
Para los que hasta aquí habéis llegado, espero que este cuento os haya gustado mucho.
Pertenece a la tradición vasca, relato que yo he adaptado a mi forma de expresarme, pero todo basándome claro está, en la historia que ya se cuenta de padres a hijos desde hace mucho tiempo.
En muchas partes del mundo, en la época de Navidad , existen personajes que traen regalos a los niños...donde yo vivo, en el País Vasco, quien se encarga de hacerlo es OLENTZERO
Así que encantada de haberos acercado un personaje tan entrañable, y con una historia tan bonita, digna de contar a todos los niños en Navidad.
Que la magia os acompañe.
